El fin de semana pasado salimos de la ciudad a "dar el grito" con mi familia en los Altos. El festejo fue en un rancho lechero (la región de los Altos de Jalisco es la productora número uno de leche en México), así que McQueen fue testigo de la ordeña tradicional de una vaca e incluso fue atacado por un chorrito de leche.
Más tarde él y sus primos fueron de excursión al campo, mi esposo guío a McQueen para que fuera observando los distintos insectos que merodean en esta época del año: saltamontes (iuuk), arañas, grillos, escarabajos, mantis y muchos más. McQueen dijo que había visto árboles feos, pero no eran sino huizaches víctimas de unas arañas que tejen nidos ultra reforzados.
Comimos y cenamos comida típica mexicana (deliciosa!) y aunque a mis hijos les di carne del pozole, McQueen me pedía más "pollito".
El 16 por la mañana asistimos al desfile conmemorativo, con representantes de todas las escuelas del pueblo. Cada una con su escolta, mi hijo asombrado de que hubiera tantas banderas de México. Vimos los caballos de las escaramuzas y de los charros, y hasta un burrito bebé que estaba deambulando a las orillas del lugar.
Yo no sé si los héroes de los libros de historia son verdaderos, si sus hazañas y logros sean de admirarse, pero lo que sí me llena de orgullo es ver a una familia mexicana unida, generosa, alegre, llena de valor. La gente trabajadora y honesta que mueve la economía desde la base.
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