jueves, 22 de noviembre de 2012

Una tarde en el Museo

El Trompo Mágico es un museo interactivo para niños, en Guadalajara.

Existen distintas áreas para jugar y explorar. Algunas diseñadas especialmente para niños preescolares o de kinder, y mis hijos las disfrutan enormemente.

Se trata de un lugar para echar a volar la imaginación y divertirse. Una experiencia familiar relajante, ya que el lugar está diseñado para que los niños no corran riesgos.

Los miércoles la entrada es gratuita.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Perrotón 2012

La caminata con perros más importante de Guadalajara! O la única? Hmm...

Nosotros no tenemos perro, aún no estamos listos para una responsabilidad así, pero mi cuñada tiene 3 hermosas perritas, y nos invitó a acompañarla este año en el Perrotón.

La adoración de mi hijo es Lola, una pug (carlino), serena y regordeta. Él la llevó con correa durante la caminata de 1.5 kilómetros, y fue el niño más feliz del mundo. En algunos momentos intercambió a Lola por Maya (Schnauzer) con un amiguito que nos presentaron ahí mismo. Pero es una perrita un poco más inquieta.

Princesa Descalza también estaba encantada con tantos perros, ama a los animales.

La experiencia fue divertida y educativa, hablamos sobre las distintas razas y sus características, y McQueen describía a los perritos con todos los adjetivos de su repertorio. Una grata actividad en familia.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

The Circus!

Como parte de nuestro segundo curso de inglés, estamos estudiando el circo.

Es un tema de recursos casi inagotables, y muy divertido.



Colorear, recortar y doblar.



Seguir recortando.

Pegamento blanco en una charola de plástico.
Pan molido simulando arena.

Boleado: bolitas de papel de china para decorar.
Tarán! una pista de circo muy alegre.

A mí "me tocó" colorear el mono y el caballo.

También hicimos... (bueno, yo le puse los broches) un monkey articulado:


Y como somos fanáticos de las caricaturas clásicas, no pudimos resistir ver El Circo de Mickey Mouse. En inglés, claro está.


Vocabulary:

Circus, Monkey, Horse, Bear, Clown, Acrobat, Tiger, Seal, Ball, Ring, Elephant.

martes, 13 de noviembre de 2012

Psicomotricidad fina con pinceles-esponja

Hace un par de días, visité una famosísima tienda de materiales para hacer todo tipo de manualidades, un excelente lugar para obtener recursos y crear, aunque no es muy económico, como a primera vista pareciera. Adivinan? es como Michael's pero mexicano, jajaja! Fantasías Miguel... siempre me he preguntado si los nombres son coincidencia.

Cuando vi estos pinceles en la tienda, supe que a McQueen le encantaría utilizarlos para crear sus "obras de arte". Pero también recordé algunas actividades que he visto en internet, hechas con marcadores-esponja, que yo no he podido encontrar en México.



Rellenar pequeños círculos con las esponjas sirve para reforzar la coordinación entre la vista y la mano. Y sujetando el pincel haciendo presión para dejar el sello, es también muy útil para desarrollar los músculos de las manitas de los niños. Así que podemos decir que es una actividad de oro para la psicomotricidad fina.


 Estoy esperando que el Niño Dios me traiga una impresora nueva para Navidad, mientras tanto todo está hecho a mano ;)




A Mcqueen le llama mucho la atención mezclar las pinturas y crear colores nuevos, no lo puede evitar.

Más adelante haremos nuevas actividades, tengo muchas ideas para estos pinceles.





jueves, 8 de noviembre de 2012

Actividades de Día y de Noche

A los niños les hace muy bien tener una rutina, y qué mejor que hacerlos conscientes de ella.

En esta actividad, describimos con dibujos las actividades que se realizan diariamente, las que hacemos en el día y las que hacemos por la noches.

Después de recortar los dibujos (algunos de las láminas de Creatividad Manual y otros personalizados), los unimos con un broche alemán. Del lado del Sol los del día y del lado de la Luna los de la noche.

McQueen los ordenó de acuerdo a nuestros horarios familiares, y como ya empezó el frío, puso que se bañaba a mediodía :)

lunes, 5 de noviembre de 2012

Educación Vial

De vez en cuando me gusta comprar la revista Maestra Preescolar de Ed. Ediba. Aunque no siempre me parece atractivo el contenido, algunas veces presentan ideas interesantes para trabajar con los preescolares.

Este mes presentan un proyecto sobre Educación Vial, o "El Semáforo". Curiosamente recordé cuando yo vi el tema en la escuela, era segundo de kinder y yo tenía 4 años. Considero este tema muy importante para la seguridad de los niños, incluso en la revista se mencionan reglas básicas para circular en bicicleta o andar a pie por las calles, con seguridad.

El póster


El material es un póster muy bonito y bien explicado, y además sugieren algunas actividades, pero yo pensé en otra que a mi hijo le gustaría más.

Un juego de mesa con los colores del semáforo. Dibujé una pista de carreras, separada en casillas, y preparé un dado pegándole calcomanías blancas a las que les agregué los colores del semáforo: 3 caras verdes, 2 amarillas y 1 roja. Las fichas para el juego fueron dos borradores con forma de carrito.


La pista

Las instrucciones son: elige un carrito para jugar. Tira el dado, si sale verde, avanzas dos casillas, si es amarillo, sólo una, y si es rojo, no avanzas.


El dado.

 
Últimamente he tratado de jugar más juegos de "turnos" con él, para enseñarle a ser paciente. Y también para enseñarle que no siempre se gana, pues le es muy difícil resignarse a perder.
 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mi hijo, el antisocial.

McQueen, mi hijo mayor, tiene casi cuatro años.

  • Él cuida a su hermanita de año y medio, juega con ella todo el tiempo.
  • Juega con sus primos de siete y ocho años, les llama por teléfono para invitarlos a su casa a dormir.
  • Juega con los niños de su edad que se encuentra en el parque o en la plaza comercial, él siempre pide ser Capitán América.
  • Paga en las cajas registradoras del supermercado y siempre dice gracias.
  • Ordena su comida al mesero o en el mostrador, con gran seguridad en sí mismo.
  • Juega carritos con su papá, con su tío o con su abuelo, mantiene el juego interesante para todos.
  • Es amigo de una vecina de su abuelita, la niña tiene 5 años.
  • Es amigo de un vecino de su bisabuela, el niño tiene 4 años.
  • Juega con todos en las fiestas infantiles.



Cuando le dije a una conocida que McQueen no iba a la escuela lo primero que me preguntó fue: "¿Y cómo se comporta cuando ve otros niños?" Jaja, me daban ganas de responderle "Primero los huele, después los lame, y si le gustan, los muerde".

Veo que es un niño perfectamente adaptado a la sociedad, incluso más que muchos niños que asisten a clases regulares en las escuelas. Yo era mucho más introvertida, y fui a la escuela desde los dos años. Mi hermano era "el ajonjolí de todos los moles" y fue a clases mucho tiempo después, e incluso no hizo el preescolar. Creo que con eso se nace, y el ambiente sólo lo moldea un poco.



sábado, 3 de noviembre de 2012

Mi jornada, hasta ahora, educando en casa.

Mis hijo mayor tiene cuatro años, y la pequeña tiene uno y medio. Mi esposo y yo decidimos educarlos en casa hasta la edad que considerásemos apropiada, hasta los 6 años, o tal vez sólo la primaria, podría ser hasta la secundaria, aún no lo sabemos.

Hemos estado estudiando en casa (porque todos lo hacemos) desde hace aproximadamente un año, aunque los cursos formales, con temario y libros de texto, iniciaron apenas en agosto.

Al principio, el homeschooling era un sueño lejano, un plan B, algo que había escuchado y me encantaba, pero tenía temor de llevar a cabo.

Conforme mi hijo fue creciendo, y la hora de ir a la escuela se acercaba, me parecía más real el educar en casa, poco a poco se fue convirtiendo en algo serio, casi necesario. Me resultaba poco natural hacerme a la idea de ir a depositar a mi hijo en las manos de unos desconocidos, dejarlo por horas sin saber quién, qué o cómo le instruían. 

Cuando llegó el momento del maternal, y con una hija de pocos meses de nacida, cedí a la presión social (sí, las mamás también la padecemos) y envié a mi hijo mayor a la guardería. Primero un par de horas y luego toda la mañana. Pero si a mí, con todo el bagaje cultural de una sociedad que manda a sus hijos a ser cuidados por terceros, me parecía poco natural enviarlo, imagínense al pobre niño que no sabía cómo es que había terminado ahí. No le gustaba, no lo disfrutaba. Por lo que él mismo me contó, creo que le estresaba estar en un ambiente tan poco controlado: muchos niños, poca disciplina.

Le pedí a Dios que me guiara, no quería tener a mi niño sufriendo, pues desde que se despertaba lo primero que me decía era "Hoy voy a la escuelita?" con tanta angustia que me partía el corazón. Después de 20 días la aventura de "la escuelita" terminó, Dios me respondió, me hizo saber que yo podría, que si Él me había enviado a esos dos pequeños era porque sabía que yo los amaría y haría lo mejor para ellos.

Leí algunos artículos en revistas especializadas, en internet y seguí mis instintos maternos: el niño era muy pequeño para empezar la escuela. Le daría una segunda oportunidad más adelante.

Por aquellos tiempos a mi hijo no le interesaba ni siquiera colorear, le ofrecía libros y crayones y él prefería seguir con sus carritos (de ahí el apodo McQueen). Así que poco a poco fui ideando actividades estructuradas que llamaran su atención. El internet es una bendición, existen infinidad de recursos para que los niños trabajen la motricidad fina y gruesa, la creatividad, el desarrollo del lenguaje, etc.

Durante diez meses estuvimos trabajando de manera informal, de acuerdo a los intereses de mi hijo, cuidando de no sobrecargarlo de información, leyéndole cuentos y dejándolo manipular diversos materiales. Después llegó la hora del kinder, todos me preguntaban si ya lo había inscrito en alguna escuela, pero yo respondía que no, que no le gustaba, y que estudiaríamos en casa. Algunos se mostraban desconcertados, otros suspicaces y, muy pocos, curiosos. 

Decirle a mis familiares que hacemos homeschooling ha sido la parte más difícil de éste. Siempre he sido una persona seria, que no da de qué hablar, así que no enviar a mis hijos a la escuela ha sido lo más controversial de mi existencia. No he disfrutado esa cara del homeschool, pero sabiendo que hago lo correcto ante los ojos de Dios, tengo que mantenerme firme. Lo veo como una especie de apostolado.

En la realidad diaria, educar en casa me ha resultado muy satisfactorio. Como en todo, hay días excelentes y hay días que sólo quieres que terminen, para iniciar mañana, renovados y sin malos humores. Ver a mis hijos aprender es una verdadera maravilla, no hay palabras para describirlo, ni para agradecerle a Dios esta oportunidad.

Siempre he estado ahí para ver a mis hijos sonreír por primera vez, para ver su primer diente, para verlos gatear y caminar, para escuchar su primer palabra, su primer frase, leer su primera palabra. Es una bendición que no muchos tienen, y por eso estoy profundamente agradecida.

Respecto a el nivel académico, muchos se sienten recelosos del Homeschool, puesto que hay padres que dan prioridad a la creatividad, al arte o los deportes. Nosotros somos más tradicionales, preferimos centrarnos en lo espiritual y lo objetivo. En dos meses, McQueen terminó el curso de inglés que se suponía debía durarle todo el año escolar. 

De manera impresionante ha adquirido un gran gusto por colorear, mejorando drásticamente en semanas. Recorta de manera excelente y tiene mucho más control de sus movimientos.

Ha habido días pesados, sería irreal afirmar lo contrario. Hay momentos de cansancio en los que la única solución que se puede vislumbrar es pagarle a alguien más para que haga este trabajo tan pesado. Pero después, ya en calma y con la mente fría, me doy cuenta de que sólo fue un valle. En esta historia hay valles, pero hay muchas más cimas.

Curiosamente "enseñar" no ha sido lo más difícil. Lo más difícil, en mi experiencia, es repartir mi tiempo entre los niños y el hogar. Mi Princesa Descalza se come todo lo que encuentra: crayones, papel, plastilina, insectos, piedras... no es todavía una alumna oficial, pero sí requiere la misma cantidad de atención que su hermano. Mi McQueen pasa la mayor parte del día pidiéndome yoghurt, jugo, cereal, galletas, fruta... sus trabajos por lo general van acompañados de algún resto de comida (y es delgado a pesar de todo). Entre los dos tienen la casa hecha un desastre, y yo no soporto ver las cosas fuera de lugar, o los pisos manchados... los trastes sucios puedo tolerarlos, pero no cuando rebasan la altura de la tarja (que es la mayor parte del tiempo). Aunque tenemos una señora que viene a hacer la limpieza dos veces por semana, yo paso demasiado tiempo arreglando nuestro pequeño hogar.

A mi Princesa Descalza le ha dado por hacer berrinches al instante que no se cumple lo que ella quiere, es mucho más rebelde de lo que era su hermano a esa edad. A McQueen le ha dado por hacer un drama de todo, la primera reacción es siempre el llanto. Falso pero escandaloso llanto.

Princesa Descalza está llena de energía, camina, sube y baja, horas y horas sin parar. Me quedo sin aliento de estar bajándola de las escaleras o de los muebles, y ella continúa sin jadear. McQueen habla y habla y habla. No existe alguien que hable tanto como él. Describe todo lo que está haciendo o pensando o lo que quiere tener o lo que le gustaría estar haciendo... a veces es demasiado para mí. Hay días que a las 7:00 pm yo sólo quiero que se quede callado una hora más y se vaya a dormir. Se vale soñar.

Así que entre mantener una casa ordenada, cuidar niños y educarlos siento que estoy perdiendo un tornillo, un precio justo ¿no?

Es importante detectar lo que está desgastando nuestra educación en el hogar. Me he dado cuenta de que me he relajado en la rutina y necesito establecer de nuevo un horario para despertar e iniciar mis actividades mucho antes de que los niños despierten. Necesito también definir los horarios en los que se desayunará en esta casa, el horario del almuerzo y de "bocadillos" como los llama McQueen. Si comen todo el día, es obvio que ensuciarán todo el día y en consecuencia, limpiaré TODO el día.

Los obstáculos o desaciertos en el Homeschool, como en la vida, sirven para analizar nuestras fallas e implementar soluciones. Y me doy cuenta de que ya hablo como mi marido.