Independientemente de mis sentimientos respecto a nuestro amado país secuestrado por la corrupción, la injusticia y la ignorancia, no quise nublar el patriotismo de McQueen, quien el año pasado era el alma de los festejos Patrios, gritaba "Viva México!" con tanto sentimiento que uno creería que sabía lo que estaba haciendo.
Extendí frente a él una bandera de México que tenía guardada desde el festejo del bicentenario y le expliqué los colores que la conforman, así como la historia del escudo nacional (él siempre decía que era una calavera en la bandera). También le pedí que la dibujaren una hoja de papel.
Posteriormente hicimos una linterna de papel con los colores patrios. Mañana asistiremos a una fiesta mexicana fuera de la ciudad y McQueen está muy emocionado porque llevará sus manualidades para decorar el rancho de su tía.
Sólo nos queda orar mucho por nuestro México, para que los buenos se multipliquen y los malos dejen de tenernos en zozobra.
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