"No deberían existir los lunes" he escuchado decir a algunas personas. Estoy de acuerdo, los lunes no deberían existir, tal cual los conocemos. Hace años mi esposo leyó un artículo en una revista de negocios: "Los domingos son los nuevos lunes", en el cual sugerían que el domingo lo dedicaras a resolver pendientes laborales, enviar correos y disponer todo para que la semana transcurriera sin problemas en la oficina. ¿Y dónde queda el día del Señor? ¿El día de la familia? ¿El día del ocio? Lo que sea que haga la gente sana los domingos...
En esta familia los domingos son para ir a Misa y convivir con los abuelos, así que los lunes tienen un papel muy importante también: sirven para preparar lo necesario para que la semana transcurra sin problemas. Al domingo lo que es del domingo y al lunes lo que es del lunes.
Por lo tanto, los lunes no trabajamos formalmente. Dibujar, construir con bloques, resolver rompecabezas, todo lo que mantenga a los niños ocupados mientras mamá lava ropa, ordena closets, hace la lista del super, etc. Y por las tardes vamos al super o a algún mandado que tengamos pendiente.
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