A finales de enero recibí en mi correo electrónico un artículo en el que se hacía referencia a estadísticas que demuestran que en los meses de noviembre y febrero, las familias que educan en casa se sienten agobiadas, atrasadas en el avance y muchas veces llegan a tener ganas de renunciar.
http://simplehomeschool.net/everyone-wants-to-quit/
No le presté mucha atención al artículo hasta que a mediados de febrero comencé a sentir que mi hijo mayor no estaba interesado en estudiar y mi hija no podía seguir una sola instrucción que yo le daba. Vi cómo se desperdiciaba el material que había preparado y en verdad hubo días en los que mi Princesa Descalza estaba incontrolable. Consideré la posibilidad de enviarla al kinder mientras su hermano y yo estudiábamos, en serio estuve desesperada.
Decidí dejar a los niños tomar el liderazgo esta vez. Si querían jugar, jugábamos; si querían cocinar, cocinábamos; si querían salir a jugar a la pelota... perdimos dos en dos días. Hicimos manualidades y más manualidades, y hasta dedicamos una semana a estudiar dinosaurios.
Afortunadamente marzo inicia en lunes y con él llega la primavera, así que tengo la motivación suficiente para retomar fuerzas, introducir nuevos temas y captar la atención de los niños otra vez.
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