viernes, 29 de junio de 2012

Jugando con Spaghetti!

La gran mayoría de los bebés disfruta hacer un desastre con la comida. No es porque les guste ver a mamá limpiando, sino porque de esta manera descubren texturas, olores, sabores y la relación causa-efecto.
Mi Princesa Descalza no es la excepción, aunque le encanta comer (y en grandes cantidades), a veces también desperdicia un poco, sólo para divertirse.

Como hoy no planeé ninguna actividad formal, y mi esposo no vendría a comer, sabía que tenía un día largo por delante.

Decidí hacer algo totalmente distinto a lo usual (tanto mi esposo como yo procuramos que siempre haya orden y limpieza en casa) y permitir que los niños ensuciaran un poco; aunque en realidad cubrí el piso con un mantel de plástico para minimizar el daño.

Cocí un paquete de 500 grs. de spaghetti, al dente o un poco firme. Escurrí y agregué aceite, para evitar que se pegara. Todo con las precauciones e higiene de cualquier comida, porque seguramente la bebé se comería algo de la pasta. Intenté teñir la mitad del spaghetti de azul para diferenciar la porción de McQueen de la de su hermanita pero no resultó muy uniforme el color, y no quise agregar más colorante vegetal por temor a que se manchara el piso si algo de la pasta caía fuera del mantel .

McQueen heredó lo escrupuloso de su madre y lo ordenado de su padre, él no quiso jugar con las manos, me pidió algo para "tocar" el spaghetti y se divirtió llenando tazones y trasladando la pasta de un recipiente a otro.

La Princesa Descalza estaba feliz manipulándolo directamente, incluso se metía pasta entre los dedos de los pies. Comió gran parte del "material didáctico" y disfrutó enormemente de la actividad.

Muy recomendable para bebés, y ya agregándole más herramientas (platos, cucharones, etc.) y una historia (restaurante), también es recomendable para niños.

martes, 26 de junio de 2012

Monstruos!

Siempre me estoy preguntando qué hacer con los cilindros de cartón de los rollos de papel higiénico.
He visto muchas ideas lindas en el internet, pero algo complicadas para mi hijo de 3 años, así que opté por utilizar sólo algunos materiales que tenía a la mano y hacerle un "monstruo" de muestra.
Siguiendo ese modelo, armamos unas criaturas no muy espeluznantes, pero sí muy divertidas.

Después creamos una historia en la que uno de los monstruos era muy travieso y los otros monstruos no querían jugar con él, pero al final, él aprendía la lección y se convertía en un monstruo respetuoso y compartido :)

martes, 5 de junio de 2012

Formando niños de 3 años

Educar en casa es una vocación, pero no es una tarea sencilla. Y mucho menos cuando tienes en casa a un minimonstruo de tres años. 

Cuando McQueen estaba por cumplir dos años, me dijeron: "prepárate para los terribles dos", pero yo creí que esa etapa terminaba al cumplir los tres, mágicamente como en aquella serie de televisión Dinosaurio, en la que el Nene Consentido le soplaba al pastel de cumpleaños número tres y volvía a la normalidad. No sucedió.

Dos años después, aún me encuentro en una lucha diaria para inculcarle modales y formarle hábitos positivos que le ayuden a convertirse en una persona agradable, educada y sensata. (y mientras lo hago me convierto en una persona desagradable, agresiva e insensata). Y no creo que esta lucha esté por terminarse, es básicamente el tema central de nuestra Escuela en Casa. Lo demás queda en segundo lugar, lo primordial es que sea "buen niño": que ame a Dios, respete a los mayores y que cuide y quiera a su hermanita.

Es por esto que, siendo honesta, no me he preocupado aún por diseñar una currícula, establecer horarios o estipular metas educativas. Creo que, tratándose de un niño de tres años, lo principal es educar su espiritualidad, sus hábitos y sus modales. Y así lo confirman expertos en la materia, mi hijo no se está perdiendo de nada por no asistir al kinder. Incluso hay estudios que relacionan el exponer a los niños a un trabajo demasiado estructurado de lecto-escritura con daños en las conexiones neurológicas de los pequeños, quisiera agregar un link hacia un artículo que apareció en The Old Schoolhouse Magazine de Marzo del 2012 pero no es posible desde la aplicacion de Blogger para iPad. En dicho artículo, escrito por Ruth Beechick y titulado "Is it time to start your Homeschool?" se aborda el tema de cuándo deben iniciarse formalmente las clases.

Quién no ha escuchado eso de que "los niños son como esponjas"? Yo he descubierto que es una realidad. Mi hijo aprende en todo momento, no sé ni dónde o cómo, pero casi se sabe todas las letras del alfabeto, los números del uno al veinte y maneja el iPad como si de verdad supiera leer. Lo que más me llena de orgullo es que sabe sus oraciones muy bien, mejor que mi hermano de 24 años ;)

He tratado de seguir los consejos de padres Homeschoolers más experimentados: mantén a tus hijos cerca de ti, que vivan una primera infancia llena de juegos, que se involucren en algunas tareas sencillas del hogar y que siempre tengan a la mano objetos que los motiven a usar su imaginación y desarrollar su creatividad.

No es fácil, tener un niño de esta edad en casa, es todo un reto a la paciencia y a la cordura, pero es una satisfacción igualmente grande.

Una virtud sí he de reconocerle a mi pequeño, es honesto: cuando le dije que le pondría una X en su hoja de comportamiento por cada ocasión en la que tratara mal a su hermanita, él mismo se encargó del asunto.





viernes, 1 de junio de 2012

Mayo: mes de María, madre nuestra.

La Iglesia dedica el mes de mayo a la santísima Virgen. Una de las tradiciones para celebrar este acontecimiento es llevar a los niños a ofrecer flores a María.

Este año llevé a mis pequeñitos, McQueen estaba feliz corriendo por el pasillo cada vez que terminaba un misterio del Rosario para ir a ofrecer flores a la Virgen.

Usualmente los niños van vestidos de blanco o con sus ropones de bautizo o vestidos/trajes de primera comunión. Mi hijo iba de camisa blanca y ni siquiera logramos llegar al templo sin que se manchara, jaja!

Es una hermosa tradición, el próximo año espero llevarlos al menos una vez a la semana.